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El jabón potásico es capaz de controlar varias de las plagas frecuentes en el cultivo, sin contaminar ni generar problemas a las personas y animales. No en vano está aceptado en agricultura ecológica por su nula toxicidad.
Este biocida sirve como remedio a algunas de las plagas más comunes. El jabón potásico es un insecticida y acaricida que combate eficazmente al pulgón, la conchuela, la mosca blanca, los trips y la araña roja, entre otros; sin toxicidad para el ser humano y otros animales.
Este plaguicida puede aplicarse y no entrará en la planta y se degrada rápidamente, por lo que no requiere plazo de seguridad. Recoger las flores casi de inmediato no sería un problema.
Además, tiene un efecto limpiador sobre las hojas muy interesante: lava los residuos de melaza generados por los insectos, evitando la aparición de la negrilla. También es útil para combatir este hongo al inicio de la infección.
Los ácaros tampoco escapan a su efecto, siendo muy competente contra la araña roja.
El jabón potásico también puede ser utilizado junto con el aceite de Neem o con otros fitosanitarios. Es apropiado como “mojante”, mejorando la aplicación sobre las plantas (comprueba siempre las indicaciones del fabricante).
El repelente de insectos One cuenta con una fórmula especial desarrollada a base de aceite de Neem, por lo que si lo aplicamos directamente a nuestras cepas, mantendrá lejos cualquier plaga que quiera acercarse. Ofrece unos resultados muy buenos, sin alterar el sabor de la planta ni introducir ninguna sustancia nociva que nos perjudique al consumirla.
El Neem es un árbol que natal de la India y de Birmania, cuya savia es venenosa para los insectos, por lo que solo con olerla se alejarán lo máximo posible. El aceite obtenido de las semillas del árbol del Neem no es venenoso, por lo que no mata los insectos, pero simula muy bien el olor de árbol original.
Únicamente actuará como preventivo, por lo que si ya tenemos una plaga en nuestras cepas olerán el Neem pero a su vez se darán cuenta de que no es tóxico para ellas, por lo que será muy difícil que llegue a hacer efecto. Una vez tengamos la plaga podemos combinarlo con jabón potásico, ya que este se encargará de ir eliminando poco a poco insectos, larvas y huevos, por lo que al aplicarle el Neem nos aseguraremos de que realmente estamos quitando la plaga.
Deberemos aplicarlo foliarmente, mojando bien toda la planta, para conseguir que huela lo máximo posible. Se recomienda especial atención al momento en el que se pulveriza, ya que si lo aplicamos en el momento en el que más fuerte pega el sol o cuando acaba de enchufarse el foco, hará de lupa y correremos el riesgo de que se quemen nuestras cepas. En caso de utilizar en exterior aplicar durante las últimas horas de luz del día, y en interior deberemos aplicarlo cuando el foco vaya a apagarse, así no las molestaremos durante su ciclo nocturno.
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